Los silencios, los llantos; la gente, sus voces y sus caras llenas de odio; los momentos de angustia, tu mirada esquiva y tu respiración entrecortada. Los largos días y las largas noches; la soledad y el aburrimiento; la incertidumbre, las dudas y los remordimientos. El paso del tiempo… ¿Lo recuerdas? Recuerda cada hora, minuto y segundo.

Cada vez que intentas levantarte, de nuevo vuelves a caer. Te arrastras y luchas… Haces lo imposible y por mucho que corras no te logras mover. Parece como si algo se te hubiese roto por dentro. “¿Qué es esto que sientes?” Aunque te repitas una y otra vez que todo está bien, sabes que mientes. Siéntelo sobre tus hombros, este es el peso de la realidad. Te hunde y te entierra en un mar de dudas. Te rompe y desgarra hasta la saciedad. Este es el peso de la realidad. No desesperes, esto no ha hecho más que empezar. Las horas pasan, se vuelven días, los días semanas. No sabes qué hacer. Te encierras en tu burbuja con la poca esperanza que aún no has logrado perder. No ves esa luz al final del túnel, te encuentras confuso. “¿Qué puede pasar?”. Suplica y solloza… grita cuanto quieras hasta que te des cuenta. No vas a escapar. Siéntelo sobre tus hombros, este es el peso de la realidad. Te hunde y te entierra en un mar de dudas. Te rompe y desgarra hasta la saciedad. Este es el peso de la realidad. Te empuja al fondo del abismo. Todo se consume… solo oscuridad. Atrapado estás en el pozo del miedo. Suéltate, escápate… libérate y vuelve a empezar. Ahora mírate. ¿Ya te has rendido? Todo aquello que pudiste hacer todavía te persigue y jamás dejará de hacerlo. Por más que lo intentes, sigues siendo tu. Sigues siendo tu. Perdido en tu mundo, el que tu creaste. Con tus propias manos destrúyelo.

Fuerza implacable y descontrolada que arrasa con todo y no puedes parar. Rompe tu calma y destroza tus sueños. Parece imposible poderla diezmar. Huyes con dudas, estás asustado y sientes sus pasos ya detrás de ti. Tu mente se nubla con desolación. ¿Cómo has llegado hasta aquí? La cicatriz nunca cierra. Se mantendrá inexorable el dolor en tu corazón. Nunca podrás deshacerte de está opresión. ¡Siente el puñal en tu pecho! Angustia, congoja, te pueden. No queda tiempo para pensar. Agáchate y cierra los ojos. De esta nunca te vas a olvidar Pena, angustia, tormento. Has llegado al juicio final. Aquello que tanto temías por fin se va a hacer realidad. De noche y de día buscas la salida hasta que te das cuenta de que ya no está. Estás atrapado aquí para siempre. Conoce ahora la eternidad. La cicatriz nunca cierra. Se mantendrá inexorable el dolor en tu corazón. Nunca podrás deshacerte de está opresión. ¡Siente el puñal en tu pecho!

Mirando a tu frente te das cuenta de que estás en un cruce de caminos. Una opción o la otra… Te da igual porque, total, ya estás perdido. Empieza a pensar en los retos que has de superar una y otra vez ¿Izquierda o derecha, luz o oscuridad? Piensa deprisa, el tiempo no te va esperar jamás. El miedo te frena, como una sombra sigue tus pasos. En tu corazón. Está escondido, sí. Despídete, dile adiós. Paso a paso sigues el sendero. El que tu escogiste y no por obligación. Las piernas te duelen. No ves el final, pero ya nada importa. Sabes lo que vas a encontrar.

Presta atención a tu alrededor, en este momento no eres inferior. Bocas te gritan. Te intentan callar, pero en este instante no lo lograrán. Unos segundos serán suficientes para expresar sin dudar lo que sientes. No temas, ¿Qué podría salir mal? Ellos terminan, tu no has empezado. Miras al techo descorazonado. Aquello que hubieses podido tener consume tu vida. ¿Es que no lo ves? Ponte en pie y deja de lamentarte. Por un instante deja de sufrir. Por mucho que ellos te corten el paso no frenarán tus ganas de existir. Ponte en pie y deja de lamentarte. Por un instante deja de sufrir. La hora ha llegado. Decídete. ¿Quieres seguir? Dudas, miedos, penas, celos Dudas, miedos, deseos muertos.

Estás atado a unas normas que no controlas ni entiendes. Por eso ha llegado el momento de poner final a esta locura. Tienes que parar. Un día tras otro, solo una vez más. Como una máquina vuelve a empezar. Lunes a penas te aguantas, martes no puedes dormir, miércoles se te hace eterno, jueves no quieres seguir. Viernes un golpe tras otro, sábado debes fingir, domingo te arrastran de nuevo. Por eso ha llegado el momento de poner final a esta locura. Tienes que parar. Un día tras otro, solo una vez más. Como una máquina vuelve a empezar. Uno u otro ¿Qué más da? Volverás a tropezar con la piedra que tu mismo colocaste en el camino. Un camino desigual pero a la vez familiar. Un camino que deseas no volver a recordar. Y los días pasarán. Girarás en la espiral de un futuro incierto que no lleva a ningún lugar.

(Instrumental)

Reúnes tus fuerzas, las pocas que quedan. Ha llegado el momento, la prueba final. Hoy es el día en que todo se acaba. Cuesta creer que esto sea real. Sientes su aliento, frío, congelado que te paraliza y te hace dudar. Las cuatro paredes que ahora te encierran, que no lo consigan ni una vez más. ¡El último intento! ¡Tu último intento!

Imágenes que llenan tus recuerdos y voces que echarás de menos. Como hojas de un libro que ya ha terminado, aunque para ti aún no hubiese empezado. ¡No! Mírate al espejo por última vez. Explícame que puedes ver en ese rostro viejo y podrido. Reflejos de alguien. Un desconocido. Por fin lo recuerdas. El momento en que te diste cuenta que no era verdad. Frases, mentiras. Falacias que giran sobre sí mismas pero sin cesar. Y ahora que lo tienes en tus propias manos. Por primera vez ¿Qué es lo que puedes ver? Como un rayo atraviesa tu mente. ¿Qué es lo que fue y lo que pudo ser? Todo da igual. Se ha acabado. Ya no lo dudas, todo esto fue en vano. Las risas, los llantos, los besos, abrazos y los ratos juntos ya se han terminado Y ahora que lo tienes en tus propias manos. Por última vez ¿Qué es lo que puedes ver? Como un rayo atraviesa tu mente. ¿Qué es lo que fue y lo que pudo ser?

El son de las hojas me inquieta mientras le digo adiós a los árboles para nunca más volver a verlos crecer. Sus ramas me envuelven mientras cae el atardecer. Miles de veces desgarran mi piel. Arrancan pedazos, transforman mi ser. Maldigo el monstruo en que me convertí. Sé que lo merezco. No dejéis ni rastro de mí. Limpia tus manos ensangrentadas y nota el calor de tus propias entrañas. Rompe sin piedad ese velo que cubre tu cuerpo herido, incompleto. Olvida el dolor que te frena, corrompe, destruye, da vida y te mata. Que en el momento en que todo termine, lo único que quede de ti sea nada. ¡No! Este final no es más que otro principio. Deja que la luz al final del túnel te guíe derecho a tu nuevo destino. Y nunca más pondrás por encima el valor de una vida respecto de otra. Que las pesadillas que llenen tu sueño despierten en ti un sentimiento que odias. ¡Catarsis! Es tu nuevo ser. No mires atrás. No vas a volver. ¡No! Este final no es más que otro principio. Deja que la luz al final del túnel te guíe derecho a tu nuevo destino. Y nunca más pondrás por encima el valor de una vida respecto de otra. Que las pesadillas que llenen tu sueño despierten en ti el sentimiento que odias.

(Instrumental)